Los barrios de Glasgow más de moda entre los locales: West End

Glasgow es una ciudad que se desarrolló a orillas del río Clyde en Escocia entre los siglos XVII y XX. Esta urbe pasó de ser un centro comercial a convertirse en la actualidad en centro cultural con el paso de los años y gracias a la adaptación a nuevas etapas.

Pasear por algunas zonas de esta ciudad es como disfrutar de un museo al aire libre. Glasgow es famosa por su arquitectura modernista y victoriana, que conviven con zonas muy nuevas y se ha convertido en un todo un símbolo de la  perfecta mezcla entre tradición y modernidad.

En tu visita por esta ciudad no te puedes perder los imprescindibles como la Catedral de Glasgow de arquitectura gótica, la majestuosa George Square, que es la plaza principal de la ciudad y lugar de encuentro para turistas y habitantes, o el alucinante edificio renacentista del Ayuntamiento de Glasgow, que además, ¡ofrece tours gratuitos en su interior!

Y si te gusta el arte en escena y la música, anótate bien la Ópera Escocesa, el Ballet de Escocia y el Teatro Nacional de Escocia, donde vas a alucinar seguro con un derroche de talento brutal.

Pero en estas líneas vas a descubrir dos áreas de moda de esta ciudad que van más allá de los monumentos más conocidos de la ciudad y que no te puedes perder, ya que te van a hacer conocer Glasgow de una manera más local. ¿Te vienes de paseo?

WEST END:

Este barrio se encuentra al oeste de la zona histórica romana y medieval de Brighton. Y una curiosidad acerca de este área es que desde siempre ha sido una de las favoritas de la élite local para vivir porque evitaba el humo y la suciedad que se respiraba en la zona más urbana de la ciudad durante la época industrial

Con el paso del tiempo, este barrio se ha convertido en uno de los epicentros de la vida local y cada vez llama más la atención de turistas y visitantes. Esta zona da la bienvenida a todo el mundo con un ambiente muy apetecible y relajado, con planes y atracciones para todas las edades.

Nada mejor que un buen paseo por la ribera, y esta zona está situada a la orilla del río Clyde, así que las vistas que te acompañan son siempre preciosas. Y hablando de ribera, aquí se encuentra el famoso Tall Ship, un barco llamado Glenlee construido en 1896 que fue uno de los protagonistas de la época dorada comercial, en 1990 reconstruyeron este barco convirtiéndolo en todo un icono de la ciudad.

Todos somos conscientes de que el tiempo por tierras inglesas siempre puede traer sorpresas, así que aquí tienes un plan de interior que seguro que te encanta: el Riverside Museum, en el que descubrirás la evolución del transporte y de la tecnología a lo largo de los siglos, en especial sobre cómo las industrias marítima, ferroviaria y de ingeniería jugaron un papel fundamental en la Revolución Industrial en los siglos XVIII y XIX.

Aquí también hay diversión para los sibaritas de licores, en especial para los aficionados del whisky (¡es pecado ir a Escocia sin catar el famoso e intenso whisky escocés!). Así que un planazo es echar un buen rato en Clydeside Distillery, donde se hacen las bebidas de manera artesanal justo delante de tus ojos con vistas alucinantes al río mientras notas ese calorcito por tu garganta tras un trago de whisky.

Otro sitio para disfrutar de un buen paseo al aire libre en este barrio es el Kelvingrove Park, 34 hectáreas de parque al estilo victoriano, además de albergar dos de los edificios más impresionantes de la ciudad: la University of Glasgow que es una maravilla arquitectónica de estilo gótico, y el Kelvingrove Art Gallery and Museum. Este museo es un must con 22 galerías llenas de cosas de las que aprender, desde artefactos del Antiguo Egipto a exposiciones de animales.

FINNIESTON:

Finnieston es uno de los barrios de moda que está en pleno auge en Glasgow. Y lo que aún es mejor, se considera una de las zonas ¨de mejor comer¨de la ciudad. Así que si eres un disfrutón gastronómico apúntate bien este barrio que esconde tesoros para el paladar.

Desde hace unos años, Finnieston se ha convertido en una de las áreas favoritas para establecer negocios, por lo que poco a poco también ha ido atrayendo la atención social hasta convertirse en un paraíso gourmet lleno de restaurantes de todo tipo y ha adoptado el arte en todas sus formas, desde sala de exposiciones hasta sala de conciertos.

La primera parada por esta zona tiene que ser Kelvingrove Café , este ¨grand café¨ ha sido el lugar favorito de locales y visitantes desde que abrió sus puertas en 1986. Nada mejor que empezar el día con uno de sus súper brunchs o poner un broche de oro a una ruta por Glasgow que con una cena y un buen cóctel en esta cafetería-restaurante.

Como ya sabes, el mejor adjetivo que se le puede asignar a este barrio es el de Gourmet, así que otra opción que no te puedes perder es un buen lunch en The Gannet, considerado como uno de los mejores restaurantes para disfrutar de la mejor y más tradicional comida escocesa. Así que ya que estás por las tierras del norte de Reino Unido, no puedes dejar de probar  las maravillas de recetas que esta región tiene para ofrecer.

Y tras un buen paseo nada entra mejor (ni es más “typical English”) que un afternoon tea. El concepto de afternoon tea suele ir ligado a pomposidad y boato, a cafeterías y hoteles exclusivos que tienen un aire algo ostentoso, pero este concepto da un giro de 180 grados en The Hidden Lane Tea Room, una cafetería en la que disfrutar de una merienda alucinante en un ambiente distendido, agradable y muy auténtico. Además, no puedes irte de Glasgow sin probar los famosos scones (que son panecillos-bollos originales de Escocia) de esta cafetería, que están cocinados con una receta secreta.

Y bueno, no todo va a ser comer en este barrio. El buen rollo que hay por sus calles lo puedes disfrutar de manera concentrada en The Hidden Lane, un festín para los ojos y el alma donde todo tipo de creativos locales desarrollan sus habilidades. Desde workshops de artesanías a estudios de grabación, pasando por galerías de arte, estudios de moda y espacios para hacer yoga. Lo mejor de todo es que cada uno de estos espacios evoca un espíritu de comunidad muy especial y es parte de lo que hace Finneston un lugar único.