Los pueblos más bonitos de Kent

miércoles 27 Octubre 2021
Canterbury canal and boat

Kent es uno de los condados de Inglaterra al que no le falta casi de nada: imponentes acantilados blancos, majestuosos castillos, jardines kilométricos donde perderte y pueblecitos con mucho encanto de los que te enamorarás nada más llegar. 

Queremos compartir los detalles y curiosidades de nueve destinos en Kent: con playa y de interior, con edificios que te transportan a la época tudor y con construcciones que apuestan por reinventarse. Sigue leyendo para descubrir por qué son tan especiales estos lugares. 

Canterbury

Esta lista no podía empezar de otra manera que con Canterbury, capital de la Iglesia anglicana y uno de los lugares más bonitos de Kent que respira historia en cada una de sus calles.  Fue uno de los centros de peregrinación católicos más importantes durante varios siglos y tres de sus edificios forman parte del Patrimonio de la Humanidad: la abadía de San Agustín, la iglesia de San Martín y la catedral de Canterbury.

 

Aunque Canterbury es una ciudad, rezuma esa sensación de pueblecito cuando caminas por sus calles, que conservan su pasado medieval y siglos de historia como la muralla que construyeron los romanos y que todavía se puede contemplar. Entra por la torre Westgate, la puerta medieval más grande de Inglaterra, a la que puedes subir para ver la ciudad desde las alturas.

 

Una de las formas más idílicas de ver Canterbury es hacerlo en una de las pequeñas embarcaciones que navegan por el río Great Stour. Varias compañías ofrecen tours en los que te contarán leyendas y secretos del lugar.

 

Si buscas un restaurante para comer, The Goods Shed puede que sea una de las mejores opciones. Se trata de un cobertizo de madera que se encuentra al lado de la estación de tren Canterbury West y que se ha convertido en mercado gastronómico y restaurante. Aquí puedes comprar productos locales a la vez que sentarte a degustar estos mismos alimentos en una de las mesas de madera con vistas a la estación.

Folkestone

Es un pueblo costero de Kent al que puedes llegar en 50 minutos (5 paradas en tren) desde la estación de Londres St. Pancras. Es un lugar que recuerda a ciudades como Brighton y Bristol por su creatividad y espacios artísticos. Folkestone Creative Quarter en The Old Hight Street y Tontine Street es un ejemplo de ello. Aquí puedes encontrar más de 50 tiendas y 100 estudios donde diseñadores, artistas, músicos y otros profesionales exponen su trabajo.

 

Folkestone presume de la mayor exposición urbana al aire libre de arte contemporáneo de Reino Unido. Cuenta con 74 piezas de 46 artistas entre los que destaca Yoko Ono y Antony Gormley. Y esta lista no deja de crecer porque cada tres años el pueblo acoge la Creative Folkestone Triennial, en la que aclamados artistas internacionales reciben el encargo de crear nuevas piezas de arte para exponer en las calles y galerías del pueblo.  

 

Otro de los lugares que muestra la creatividad y regeneración del pueblo es el Folkestone Harbour Arm, un antiguo puerto y estación de tren que se han convertido en el lugar favorito de encuentro de locales y visitantes. El muelle y las vías de tren, que conectaban tierra firme con el ferri a Boulogne, en Francia, y que fueron punto de partida de miles de soldados que iban a luchar durante la Segunda Guerra Mundial, se han transformado en una gran explanada de ocio con bares y puestos de comida acogedores y de firma independiente. A lo largo del muelle encontrarás lugares como un contenedor de carga convertido en un puesto de comida vegana, el típico autobús de dos pisos sirviendo platos griegos y el antiguo faro como bar que sirve copas de champán.

 

No te vayas del puerto sin ver una de las cien esculturas de hierro fundido del aclamado artista británico Anthony Gormley repartidas por todo el país y distintos puntos del mundo. Esta se encuentra debajo del muelle y se llama ‘Another Time XVIII 2013 (Loading Bay)’.

 

Deal

A tan solo 30 minutos de Folkstone se encuentra Deal, un pequeño pueblecito también en la costa al que no le falta el clásico embarcadero, castillo y calle principal con tiendas y restaurantes independientes.

La primera parada de tu escapada podría ser ir al mar para caminar por el embarcadero, que cuenta con un café justo al final de la construcción. En el muelle, se suelen dar cita algunos vecinos que acuden a pescar con sus cañas.

El castillo de Deal se encuentra a unos 600 metros del embarcadero y es una de las tres fortalezas que el rey Enrique VIII ordenó construir para defender la costa del sureste de Inglaterra, que esperaba intentos de invasión de España y Francia, con piedras y maderas traídas de los monasterios católicos de Kent que el monarca había mandado cerrar.

Uno de los restaurantes que ha elevado la gastronomía del pueblo es The Rose, un bar, restaurante y hotel, todo en uno. Ofrece un menú fresco, con una explosión de sabores de productos de la costa y las tierras de Kent.

Broadstairs

Si seguimos por la costa, nos encontramos con Broadstairs, conocido como ‘la joya de la corona de Thanet’ (Thanet es un distrito de Kent), que se encuentra rodeado por bonitas bahías y playas e imponentes acantilados de yeso blanco y cuevas escondidas. 

 

Este pueblo fue lugar de retiro de personajes tan prestigiosos como Charles Dickens, que visitó Broadstairs con regularidad desde 1837 a 1859. El escritor británico se quedaba en Bleak House (cerrada ahora al público), donde escribió parte de sus obras David Copperfield y Casa desolada

 

Si quieres saber más de su estancia en Broadstairs, puedes visitar el Museo de Dickens, a pie de la playa. El pueblo también celebra cada año un festival dedicado al autor en el que personas vestidas de la época victoriana toman las calles por uno días para acercar el mundo del escritor a sus visitantes.

Otro de sus atractivos es Starkfood, restaurante con una estrella Michelín en el que podrás degustar un menú estacional de seis platos por 65 euros.

Tampoco te vayas de Broadstairs sin probar Morelli’s Gelato, meca para los apasionados de los helados que abrió su primer local en Broadstairs en 1932, y que se extendió más tarde con locales fuera de sus fronteras como Kuwait, Bagdad y Dallas.

 Whitstable

Es otro pueblo de la costa de Kent, pero no uno cualquiera. Es el lugar de peregrinaje para los amantes de las ostras y es que los orígenes de este molusco se ligan a Whitstable allá en 1400 con la creación de la Whitstable Oyster Company, considerada una de las empresas más antiguas de Europa. Pero la conexión entre las ostras y este pueblo se dice que es más antigua y que se remonta a casi 2.000 años cuando los romanos las descubrieron y las empezaron a enviar a Roma como producto selecto.

En esta localidad podrás probar las mejores ostras y no faltan lugares para ello. The Lobster Shack, con vistas al mar y con una gran terraza para disfrutar los meses de verano, cultivan sus propias ostras, native oysters, y fabrican su propia cerveza, Whitstable Brewery Oyster Stout.

El Wheeler Oyster Bar con su fachada rosa, se ha convertido en reclamo de instagramers, y con un número reducido de comensales ya que solo tienen capacidad para 12 personas. Si no puedes comer dentro, apuesta por las cajas de picnic que preparan con ostras y platos de su carta.

 

Otro sitio que es un clásico para los locales de Whitstable es The Forge, en el paseo marítimo. Es una caseta de madera, sin ninguna pretensión pero que siempre está abarrotada de gente. Es la manera más rápida y sencilla de disfrutar de estos suculentos moluscos.

 

Y aquí no termina la pasión por las ostras de este pueblo, ya que cada año organizan el Whitstable Oyster Festival. Este arranca con el desembarco en la playa de pescadores con trajes tradicionales y un botín simbólico de ostras que son recibidas por el alcalde de Canterbury y bendecidas por el clero que dan el pistoletazo de salida para que las celebraciones comiencen.

 

Chiddingstone

No todos los pueblecitos con encanto de Kent son costeros. Chiddingstone se encuentra en el corazón del condado y está considerado uno de los pueblos tudor mejor conservados del país, con las típicas casas de entramado de madera, pintorescos frontones y clásicos tejados de tejas rojas. Su patrimonio era tan importante que el National Trust, organización que se encarga de conservar los monumentos y lugares de interés en Reino Unido, compró todo el pueblo en 1939 para asegurar su conservación.

 

Uno de estos edificios es la posada The Castle, un edificio del siglo XV donde podrás degustar la típica comida de pub inglés y probar cerveza ale que se elabora en el propio pueblo.

 

Chiddingstone cuenta, además, con la que dicen es la tienda en funcionamiento más antigua del país. Abrió en 1453 y en sus orígenes era una oficina de correos con el curioso dato que uno de sus dueños fue Tomás Bolena, el padre de Ana Bolena. Ahora el establecimiento es una tienda de regalos llamada The Tulip Tree con un tea room y un jardín donde disfrutar del té con scones y tartas.

 

Algo que muchos no se pierden en Chiddingstone es ir a ver la Chiding Stone, una piedra que hay en el pueblo y que dice la leyenda que es la razón por la que el pueblo se llama así. Algunos creen que fue un altar usado por druidas para celebrar juicios, otros piensan que durante la época medieval era el lugar donde una asamblea de aldeanos castigaba a ladrones y brujas. Lo único que se sabe con certeza es que la piedra fue formada hace millones de años cuando la tierra estaba cubierta por el agua y ahora es lugar de peregrinaje de turistas y curiosos por el misterio que la rodea.

 

Si quieres conocer más de la historia del pueblo visita el Chiddingstone Castle, que data de los tiempos tudor y que en el siglo XIX fue remodelado para tener un estilo medieval. Cuenta con una selecta colección de objetos japoneses, egipcios y budistas que trajo su último dueño Denys Eyre Bower. Y si este castillo te sabe a poco no muy lejos está el famoso castillo de Hever, donde pasó su infancia Ana Bolena y cuyas vistas te cautivarán nada más verlo.

 

Chilham

 

Es otro de los pueblecitos de postal que encontrarás en Kent con menos de 2.000 habitantes y reconocido por su belleza y encanto. Se sitúa en lo alto del valle del río Stour en el idílico Kent Downs, considerado área de excepcional belleza natural (AONB, por sus siglas en inglés). 

 

Sus casas típicas blancas con entramados de madera de estilo tudor son un gran reclamo para los amantes de la fotografía, al igual que su iglesia St Mary 's del siglo VI y el espectacular castillo de Chilham con sus jardines que tienen vistas excepcionales del valle de Stour.

 

Disfruta de la tranquilidad de este pueblecito con la degustación de su gastronomía en The Woolpack Hotel, que apuesta, como todos los lugares de la zona, por productos de temporada y locales. Además, tiene 14 habitaciones por si quieres pasar la noche.

 

Y a 10 minutos andando se encuentra la granja Badgers Hill con 20.000 metros cuadrados de tierra donde podrás ver ovejas, cabras, asnos y pavos reales mientras desayunas en su café o tomas un té en su tea room.

 

Faversham

A tan solo una hora en tren desde la estación de St. Pancras, Faversham presume de tener la fábrica de cerveza más antigua del país. Se trata de Shepherd Neame, que data de 1689 como fecha oficial, pero hay evidencias de que empezó mucho antes en 1147 cuando se levantó un monasterio donde los monjes empezaron a producir cerveza ale.

 

Para conocer más de su historia no te pierdas los tours de 90 minutos que organizan voluntarios del pueblo para hablarte de algunos de los más de 400 edificios considerados de especial interés arquitectónico o histórico y su pasado ligado a la industria de explosivos con la curiosa historia que Faversham proporcionó pólvora para las batallas de Trafalgar y Waterloo. 

 

Si, además, visitas el pueblo un martes, viernes o sábado, podrás curiosear los puestos de flores, frutas, verduras y productos de la zona en los mercados de Faversham.

 

Margate

Esta ruta de los pueblos más bonitos de Kent no podía terminar sin que habláramos de Margate al que muchos londinenses se escapan el fin de semana cuando llega el buen tiempo. Con tren directo desde la estación de St. Pancras, llegas en apenas una hora y treinta y minutos.

 

Margate tiene esa mezcla entre un pueblo retro con muchos signos de décadas pasadas que son visibles cuando caminas por su paseo marítimo y cuando entras en el parque de atracciones Dreamland, que se construyó en 1880 y cuenta con 25 atracciones. 

 

Su estilo vintage además se fusiona con ese intento del pueblo de no caer en la decadencia y seguir reinventándose con lugares como la Turner Contemporary, una galería de arte moderno que se ha convertido en un catalizador de la regeneración de la ciudad desde que abrió en 2011. Desde una de sus plantas se puede contemplar una de las esculturas de hierro de Anthony Gormley que también hay en este pueblo y que el mar engulle a medida que sube la marea.

 

El deseo de Margate por reinventarse es también palpable en The Old Kent Market, un antiguo cine que se ha vuelto muy popular entre locales y turistas para comer en uno de sus pequeños puestos. 

 

No te puedes marchar de Margate sin explorar la Shell Grotto, una cueva de conchas que fue descubierta en 1835. Se compone de pasadizos subterráneos y adornados con más de cuatro millones de conchas que crean mágicos mosaicos con patrones y símbolos misteriosos. No se sabe quién los creó y cuál es su significado, pero está claro que es un lugar que te sorprenderá.

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Celia Diaz

celia.diaz@visitbritain.org