Nuevos lugares de moda entre los locales: Whitstable y Margate

lunes 10 Mayo 2021
Young woman walking in front of Peony Vintage clothing shop, Margate, Kent, England.

Porque la vida junto al mar, es la vida mejor.

La vida en las grandes ciudades a menudo se hace complicada. Tráfico, ajetreo, rutina, aglomeraciones... No es de extrañar que los que residen en grandes núcleos de población, quieran escaparse de vez en cuando. Y sin duda, la mejor forma de cambiar de aires es pasando unos días junto a la costa. La playa y el mar tienen poder terapéutico, de ese que tiene la capacidad de hacer olvidar el día a día.

¿El destino? La zona costera de Kent. 200 kilómetros de arena dorada y majestuosos acantilados que la convierten, posiblemente en una de las más bellas del país. Todos describen como una sensación de felicidad inmediata, se apodera de ellos al acercarse al mar. El murmullo de las olas rompiendo en la orilla, los atardeceres donde el sol se funde con el mar, los paseos con los pies descalzos sobre la arena...

Más allá de todas estas bondades, hay dos ciudades en Gran Bretaña que en los últimos años, se han puesto de moda entre los locales. Ambas pueden presumir de tener un pasado glorioso, identidad propia y un presente y futuro de lo más trendy. Ellas son Whitstable y Margate.

Whitstable, la perla de Kent

No hace falta más que una hora desde Londres, para encontrar uno de los pueblos con más encanto de Gran Bretaña. Hoy es el perfecto enclave para desconectar junto al mar, pero la historia de Whitstable no está exenta de episodios que fueron curtiendo lo que es a día de hoy. En su pasado hay historias de contrabandistas, de magnates de la industria textil que vieron en ella infinitas posibilidades, de marineros y constructores de barcos... Todos ellos imprimieron en Whistable una personalidad propia, hasta convertirla hoy en día en lo que muchos conocen como la 'perla de Kent'.

El sobrenombre le viene como anillo al dedo, porque otro de los grandes reclamos de Whistable son precisamente las ostras. Y sus habitantes lo sabían. Por ello en 1400, se estableció The Whitstable Oyster Company, una de las más antiguas de todo el continente europeo. Pero fue entre las décadas de 1860 y 1870, cuando alcanzó niveles impensables y allí se criaron millones de ostras. De hecho, hay datos que recogen que en 1864 concretamente, se consumieron en Londres unos 700 millones del molusco procedentes de este pintoresco pueblo costero. ¡700 millones! Sin embargo, en el arranque de la década de 1930, un parásito destrozó buena parte de la cosecha de ostras, lo que llevó a que la industria se fuera a pique.

Y si el mar les brindaba un producto exquisito, también hizo que Whitstable se convirtiera en una brillante empresa de construcción de barcos. Fue así como se inauguró una línea de ferrocarril, en 1832 entre Canterbury y Whitstable, conocida como Crab and Wingle Line, para unir las seis millas que las separaban. Hoy es un sendero perfecto para practicar deporte al aire libre, ir en bici o simplemente pasear por la campiña, con el sonido de un bosque de pinos, hayas y abetos, como único acompañante.

Cerca de 40 años pasaron, hasta que el esplendor regresó a las calles de Whitstable. Y este tuvo mucho que ver con los tesoros del mar, entre ellos, su ostra nativa, de un sabor inigualable, tanto que le han dedicado hasta un Oyster Festival, que tiene lugar una vez al año, durante el mes de julio y es uno de los eventos del verano. 

¿Dónde comerlas durante todo el año? Junto a la playa está Royal Native Oyster Stores, en un edificio histórico, donde la familia Green, una de las mayores responsables de volver a poner Whitstable en el mapa, cada día ofrecen las mejores capturas que les brinda el mar. La siguiente parada, seguramente la habrás visto en Instagram, porque todo el que se pone delante, no puede resistirse a sacarle una foto. Y es que de repente, una fachada de color rosa pastel con un plato de ostras dibujado, aparece en tu camino. Hemos llegado uno de los paraísos ostreros del pueblo, Wheelers Oyster Bar. Abrieron nada menos que en 1856 y desde entonces, mantiene el mismo encanto. Apenas espacio para 12 comensales y unas vitrinas repletas de gambas, mejillones, langostas, cangrejos y, por supuesto, ostras, esperan a ser devoradas.

Pero no solo de ostras vive esta localidad del noreste de Kent. Su playa no es de arena, sino de guijarros, pero está circundada por casitas de pescadores y puestos donde degustar moluscos frescos. Más allá del puerto, se encuentra Tankerton Slopes y Tankerton beach, la perfecta postal del pueblo con vistas sobre coloridas casitas y arena dorada. Sin olvidar los fuertes marinos de Maunsell, unas curiosas estructuras sobre el mar que sirvieron de refugio antiaéreo durante la Segunda Guerra Mundial. La hora del té será memorable en The Orangery Tea Rooms, ubicado nada menos que en otra de sus mayores atracciones, el castillo de Whitstable, también conocido como Tankerton Towers.

Pasear por su casco histórico y especialmente por Harbour Street, de pintorescas fachadas de colores, es casi obligatorio. Tiendas vintage como Anchors Aweigh Vintage, otras marineras como Sundae Sundae o especializadas en queso como The Cheese Box, justifican la visita al centro. También puedes hacer una parada Whitstable Produce Store y degustar sus productos de Kilómetro 0 o especialidades como la kentish sausage.

¡Whitstable lo tiene todo!

Margate, posiblemente una de las localidades costeras más cool de Gran Bretaña

¿Nos equivocaríamos al afirmar que Margate es uno de los destinos más cool de Gran Bretaña? Para nada. Como la cercana Whitstable, vive de cara al mar y también ha sido el destino de numerosos londinenses en buscar de aire fresco y viviendas de precios más asequibles. ¿El resultado? Que con ellos ha viajado todo lo trendy que tiene la capital. A Margate muchos la conocen como 'Shoreditch on sea' y es que esta localidad costera de Kent, es una amalgama de influencia hipster, galerías de arte, tiendas, anticuarios, hoteles boutique, cafés y restaurantes, que se funden en un casco histórico de fachadas victorianas y antiguas casas de pescadores.

Margate ya era uno de los destinos costeros punteros en Gran Bretaña. En la década de 60 su esplendor era envidiable, pero la democratización de los viajes al extranjero, hizo que solo una década después, esta próspera industria turística cayese en el olvido. Afortunadamente, todo lo que va vuelve y cada vez se aprecian más lo pequeños reductos, donde la vida es tranquila y estimulante.

El cambio llegó de nuevo con la apertura en 2011 de la Turner Contemporary Gallery. Recordemos que el artista británico ya cayó rendido a los pies de la belleza de estos pueblos junto al mar. De hecho, Margate fue la elegida para establecer su hogar y fue allí mismo donde nació la sede de esta galería, con vistas panorámicas al mar y a “uno de los cielos más hermosos de Europa”, tal y como él mismo afirmó. Con la Turner Contemporary como faro de la renovación, otros edificios vacíos del casco antiguo, vieron como cobraban nueva vida, reconvertidos en tiendas vintage, restaurantes que atraían a foodies de todas partes, galerías de arte independiente... Todo un boom para este pueblo marinero.

No fue lo único que puso las miras en Margate. En octubre de 2012, arrancaba allí el Portas Pilot Scheme, un plan de reactivación del centro y la calle High Street, de la mano de la gurú del retail Mary Portas, que abría dos nuevas tiendas como parte de su contribución a regenerar Margate. La cultura se había convertido en el vehículo de la nueva era de Margate.

Aunque Margate es trendy a rabiar, también vive de cara al mar y sus playas y la Walpole Bay Tidal Pool, una piscina en el mar que se llena cuando sube la marea, son excepcionales y unas de las que más turistas y gente local atraen de Gran Bretaña. También lo hace su escena teatral y de festivales y conciertos, que tienen lugar en el Theater Royal o en los Winter Gardens.

Los amantes de la adrenalina también tienen una cita en Margate. ¿Cuántas localidades de costa tienen su propio parque de atracciones? Y este además tiene un plus, porque en Dreamland se encuentra la montaña rusa más antigua de Gran Bretaña. En 2008 fue destruida por un incendio, pero sus habitantes no dejaron que cayera en el olvido y años más tarde, resurgía cual Fénix de sus cenizas. Además, las vistas de la ciudad desde la noria, son impresionantes.

Margate también ha funcionado como imán para los foodies. Como en la vecina Whitstable, aquí también abundan las ostras como las que sirven en Buoy & Oyster, premiado como el restaurante del año en Kent en 2018. Tomar un cóctel en su terraza, divisando los espléndidos atardeceres de este coqueto pueblo y degustando su cocina británica casera, será una experiencia inolvidable. Otro hot spot para comer allí es Roost, especialistas en un delicioso pollo asado con guarniciones, al que sumarle platos viajeros y hamburguesas diferentes, como la de cangrejo de concha blanda.

Estimulante en todos los sentidos, también esconde secretos que permanecen ocultos al ojo del que la visita. En una tranquila calle residencial se encuentra un tesoro, la Shell Grotto, una suerte de cueva subterránea decorada de suelo a techo con millones de conchas, dibujando un mosaico con toda suerte de formas orgánicas y geométricas. ¿Cómo llego hasta aquí? ¿Quién la construyó? A día de hoy sigue sin saberse... No es lo único que se esconde en el corazón de Margate. Tras unos años de renovación, las Margate Caves volvían a abrir sus puertas. Se trata de una mina olvidada de techos abovedados y singulares obras de arte pintadas a mano, redescubierta en el siglo XVIII.

 

Te enamorarás perdidamente de la costa británica. Prometido. 

 

For more information contact:

Celia Diaz

celia.diaz@visitbritain.org

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